18.12.07

Actitudes Aiki. - La Felicidad -

Mediante el poder de la verdad hay "riqueza" y mediante el poder de la paz hay salud. Juntos dan felicidad. La felicidad la obtienen aquellos cuyas acciones, actitudes y características son puras y altruistas.


El Paraíso, el Cielo, Acuario, El Dorado, el Jardín del Edén, el Jardín de Alá, Utopía, Vaikunth, los Campos de Osiris y la Edad de Oro son nombres que evocan un mundo de paz, de pureza y de prosperidad. En tal lugar, cada ser humano es como una flor; cada país, como un ramo de flores, y el mundo, como un jardín. El sol, el que sustenta, brilla sobre el jardín con sus rayos dorados, inundándolo con novedad y nobleza. La Puerta de la Felicidad permanece abierta, dando la bienvenida a la familia humana al Jardín Dorado. En el pasado, el mundo fue como este jardín y volverá a serlo una vez más. El simple hecho de tener fe en esto ya es una razón para ser feliz.

La búsqueda de la felicidad

Actualmente, muchas personas se cuestionan cuál es el propósito de esta vida. Algunos están cansados de vivir, otros han perdido la esperanza. Algunos se esfuerzan en obtener riqueza, creyendo que ésta les dará la felicidad. Algunos tienen riqueza pero no tienen salud, y esto causa infelicidad. Algunos eligen ciertas profesiones creyendo que éstas les traerán felicidad. Otros la buscan a través de las relaciones. Pero a pesar de toda la felicidad que estos recursos puedan proporcionar, son sólo fuentes temporales y limitadas y, en muchos casos, también traen consigo igual cantidad de sufrimiento e infelicidad.Esta incapacidad de mantener una felicidad pura y duradera es el resultado de una carencia de fortaleza interna y de valores espirituales. El reconocimiento y la aplicación de las verdades espirituales proporcionan la verdadera fuente de felicidad. Mediante el poder de la verdad hay riqueza y mediante el poder de la paz hay salud. Juntos dan felicidad. Como un tónico, el conocimiento espiritual devuelve la esperanza a quien la ha perdido. La felicidad pura retorna al que busca estos nuevos horizontes llenos de esperanza. Se recuerdan cosas importantes que se habían olvidado. Esta sensación se puede comparar a la de volver a casa, al origen, a medida que uno ve los árboles y siente la brisa, ¡sabe que se está aproximando a algo que está cerca del corazón!El calor y el bienestar de la felicidad están escondidos en el interior del ser. Cuando las personas se enfocan en su interior y toman fortaleza de los poderes internos de la paz y del silencio, reavivan sus virtudes permitiendo que se eleve el nivel de felicidad. El alma comienza a abrirse a los secretos de cómo vivir de manera independiente sin convertirse en una víctima del mundo material, que por su propia naturaleza priva a la gente de su felicidad. La sabiduría del conocimiento espiritual ofrece los tesoros de cómo vivir y actuar en la verdad. Las acciones verdaderas son puras y la pureza es la madre de la felicidad y del bienestar. Las acciones verdaderas dan fuerza y felicidad a uno mismo y bienestar a los demás. Los tesoros espirituales incluyen las pautas sobre cómo mejorar la personalidad y la actividad. Para muchos, el progreso y la transformación personales son las llaves que abren la Puerta de la Felicidad.


Felicidad mental

La gente habla de la paz mental. La felicidad mental es un estado de paz en el que no hay trastornos ni violencia. La paz interna crea fe en el intelecto. La flauta de la felicidad suena de manera suave y constante en la mente de los que tienen esta fe, es decir, en los que han alcanzado la sabiduría del conocimiento espiritual. No importa lo adversa o difícil que pueda ser una situación, no se tiene miedo, porque el poder de la fe garantiza una victoria final. A medida que el intelecto se aligera con la sabiduría espiritual, hay menos cambios de estado de ánimo y menos dudas en el corazón. Una persona se vuelve más capaz de saldar sus cuentas de dolor y sufrimiento cuando mantiene una cuenta sana de felicidad. En un mundo en el que todas las relaciones tienen felicidad y sufrimiento, la lección principal que hay que aprender sobre la felicidad es: “Da felicidad y toma felicidad, no causes sufrimiento y no tomes sufrimiento”.La felicidad es prosperidad que proviene de la autosoberanía. Autosoberanía significa tener dominio sobre la mente, el intelecto, las tendencias de la personalidad y los sentidos físicos del cuerpo, estar completo con todos los poderes y todas las virtudes, así como alcanzar el equilibrio entre las características masculinas y femeninas. En cada alma humana existe un estado de perfección. En la búsqueda espiritual de esa perfección, el intelecto pasa por un proceso de redescubrimiento de su naturaleza divina.

Fortuna ilimitada

La felicidad no tiene precio. La felicidad no se puede comprar, vender ni negociar. La felicidad la consiguen aquéllos cuyas acciones, actitudes y características son puras y desinteresadas. En otras palabras, la calidad de la conciencia y las actividades de las personas determinan la riqueza de su vida.Sin embargo, la estabilidad social, económica y política se consideran fuentes de felicidad y de disfrute en la vida pero, cuando alguna de ésas áreas no funciona, desciende el nivel de felicidad en las personas. Cuando todos estos recursos se enfocan en las infraestructuras socioeconómicas, en detrimento del desarrollo del carácter moral y espiritual de las personas, cambia el orden de las prioridades en la vida y la felicidad disminuye gradualmente . Los valores morales y espirituales ayudan a reevaluar las prioridades y permiten que se tomen medidas proactivas y preventivas en los momentos oportunos. El camino de la felicidad está sembrado de oportunidades de oro. Por cada paso que se da hay garantizado un retorno de riqueza incalculable. Las acciones realizadas a lo largo del camino se convierten en la pluma para trazar las líneas de la fortuna. Hay una mayor felicidad entre las personas que recorren juntas el camino y, mediante acciones colectivas, trazan las líneas de la fortuna en el escenario viviente del mundo.


Extraído de "Valores para Vivir".
Programa educativo internacional.

3.12.07

Actitudes Aiki. - La sencillez -

La sencillez atrae al instinto, la intuición y el discernimiento para crear pensamientos con esencia y sentimientos de empatía. Sencillez es la conciencia que llama a las personas a replantearse sus valores.


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La sencillez crece de las raíces sagradas, personificado una riqueza de virtudes y valores espirituales que se manifiestan en las actitudes, las palabras, las actividades y el estilo de vida. La sencillez es hermosa y, como la luna, irradia frescura, en contraste con el resplandor del sol. La sencillez es natural. Puede tener una apariencia corriente y carente de atractivo para aquellos cuya visión está acostumbrada a lo superficial. Sin embargo, para aquellos que poseen el discernimiento sutil de un artista, un vislumbre de sencillez es suficiente para reconocer la obra maestra.


Vivir con sencillez, pensar de forma elevada
La sencillez combina la dulzura y la sabiduría. Es claridad en la mente e intelecto. Los que personifican la sencillez están libres de pensamientos extenuantes, complicados y extraños. El intelecto es agudo y despierto. La sencillez invoca al instinto, la intuición y el discernimiento para crear pensamientos con esencia y sentimientos de empatía. En la sencillez hay altruismo, el que personifica esa virtud ha renunciado la posesividad y está libre de los deseos materiales que distraen el intelecto haciéndolo divagar hacia territorios inútiles.


Carecer de deseos no significa arreglárselas sin nada. Al contrario, uno lo tiene todo, incluyendo la satisfacción interna. Esto se refleja en el rostro —libre de perturbaciones, debilidades e ira— y en la conducta, con una elegancia y una majestad extraordinarias, pero a la vez ingenua. Sencillez es ser el niño inocente y el maestro sabio. Nos enseña a vivir con sencillez y a pensar de forma elevada. Las personas que viven con sencillez, generalmente disfrutan de una relación cercana con la naturaleza. Su ética proviene de las tradiciones perennes que funcionan en armonía con las leyes de la naturaleza. Se levantan al amanecer y se retiran al anochecer. Conocen la hora del día por la posición del sol y determinan las fechas de los días sagrados por la posición de la luna. Las hierbas se convierten en sus remedios naturales. La luna y las estrellas son las lámparas que los alumbran. El mundo natural es el aula en la que estudian. Esto no significa que todos debamos adoptar este estilo de vida. Sin embargo, se puede aprender de la naturaleza. Cuando se observa la ética de la sencillez, casi no hay desperdicio. Todos los recursos se valoran: el tiempo, los pensamientos, las ideas, el conocimiento, el dinero y las materias primas.De la sencillez surge la generosidad. La generosidad es compartir con un espíritu altruista los ingresos ganados a pulso.


Compartir los propios recursos conjuntamente y de forma cuidadosa es recuperar para las actividades humanas, el sentido de familia. La sencillez es algo más que ofrecer dinero y posesiones materiales, es dar de uno mismo aquello que no tiene precio: paciencia, amistad y apoyo. Con el espíritu de dar prioridad a los demás, los que adoptan la sencillez ofrecen su tiempo gratuitamente. Esto lo hacen con amabilidad, sinceridad, e intenciones puras, sin expectativas ni condiciones. Como resultado, esas personas cosechan frutos abundantes de las semillas que se sembraron con sus acciones generosas.



La belleza es verdad
La sencillez es verdad. La belleza de la verdad es tan sencilla que funciona como la alquimia. No importa cuántos disfraces se presenten ante ella, la luz de la verdad no puede permanecer escondida; alcanzará a las masas con un lenguaje muy sencillo y, al mismo tiempo profundo. Los mensajeros de la verdad siempre han personificado formas comunes, han llevado vidas sencillas, y han adoptado medios simples para impartir sus mensajes. Viven y dicen la verdad, ofreciendo belleza a las vidas de los demás. Su sencillez y esplendor pueden compararse al joyero. Fiel a la integridad de su profesión, el joyero hace todas y cada una de sus joyas preciosas y perfectas, pero él sigue siendo sencillo.Hoy en día la belleza está definida por las industrias de la moda y la estética, propagada por los ricos y los famosos y aceptada por las masas. La belleza, sin embargo, no se encuentra sólo en la apariencia, como dice el proverbio. La belleza, en su forma más sencilla, elimina la arrogancia de las ropas caras y de vivir de forma extravagante. Va más allá del rico y del pobre. Es apreciar las pequeñas cosas de la vida que a veces no son visibles ni aparentes para el resto del mundo. Sencillez es apreciar la belleza interna y reconocer el valor de todos los actores, incluso del máspobre o desafortunado. Es considerar que todas las tareas, incluso la más humilde, tienen valor y dignidad.


La ética de la sencillez
La ética de la sencillez es la precursora del desarrollo sostenible. La sencillez enseña a economizar. Enseña a investigar gracias al ejemplo de los que son claros y sinceros sobre sus necesidades y viven de acuerdo a ello. Sencillez es la conciencia que dirige una llamada a la gente para que se replantee sus valores. La sencillez cuestiona si se nos induce a comprar productos innecesarios. Las incitaciones psicológicas crean necesidades artificiales.


Los deseos estimulados por cosas innecesarias llevan a un conflicto de valores en el que se mezclan la avaricia, el miedo, la presión, y un falso sentido de la identidad. Cuando se satisfacen las necesidades básicas que permiten un estilo de vida confortable, los extremos y los excesos conducen al derroche y el desperdicio. Aunque se puede defender este enfoque como la forma de construir ciertas economías, no debe usarse a expensas de precipitar a otras economías a la pobreza extrema. No debe ser que el sacrificio impuesto sobre algunos proporcione una gran abundancia a otros. ¡Esto no es un principio sino una injusticia!La sencillez reduce la diferencia entre “lo que tengo” y “lo que me falta” demostrando la lógica de la verdadera economía: ganar, ahorrar, invertir y compartir los sacrificios así como la prosperidad, de manera que pueda haber una mejor calidad de vida para todas las personas, independientemente de donde hayan nacido.


Extraido de "Valores para vivir"
Programa Educativo Internacional