23.1.07

LA NOBLE LUCHA DEL GUERRERO

por Taisen Deshimaru

Budo es la vía del guerrero; involucra todas las artes marciales Japonesas. Realiza exploración a través de la experiencia directa y profunda, la relación entre la ética, religión y filosofía. Su asociación con los deportes es un desarrollo muy reciente; las escrituras antiguas se conciernen esencialmente con una forma particular de cultivo de la mente y una reflexión sobre la naturaleza de uno mismo: ¿Quién soy yo? ¿Qué soy yo?

En japonés, do significa la vía. ¿Cómo se puede seguir esta vía? ¿Cómo encontrarla? No es sólo aprender una técnica, menos aún es una competencia deportiva. Budo incluye artes tales como kendo, judo, aikido, y kyudo o tiro con arco; aunque el ideograma bu signifique parar la confrontación. En Budo la idea no es el competir, sino encontrar paz y maestría de sí mismo.

Do, la vía, es el método, la enseñanza que te permite comprender perfectamente la naturaleza de tu propia mente y ti mismo. Es la vía del Buddha, batsudo, que te lleva a descubrir tu propia naturaleza, despertar del entumecimiento del ego durmiente (el pequeño yo, el "yo" limitado) y de esta manera acceder a una personalidad mayor más completa. En Asia esta vía se ha transformado en la moralidad suprema y en la esencia de todas las religiones y filosofías. El yin y el yang del I Ching, la "existencia es nada" de Lao Tsu, tienen sus raíces en ella.

¿Qué significa esto? ¿Que puedes olvidarte del cuerpo y mente; obtener un espíritu absoluto, sin ego? Armonizar, unir el cielo y la tierra. La mente interior deja las emociones y los pensamientos pasar; está completamente libre del ambiente, el egoísmo desaparece. Esta es la fuente de las filosofías y religiones de Asia. Cuerpo y mente, lo interno y lo externo, fenómenos y sustancia: estos pares no son ni dualistas ni opuestos sino que forman un todo no separado. Cambio, cualquier cambio, influencia toda otra acción, toda relación entre todas las existencias; la satisfacción o insatisfacción de una persona influye sobre toda otra persona; nuestros movimientos y los de otros son interdependientes. "Tu felicidad debe ser mi felicidad y si tu lloras yo lloro contigo. Cuando estás triste yo debo entristecerme y cuando tú estás feliz yo debo estarlo también". Todo en el universo está conectado, todo es osmosis. No se puede separar una parte del resto: la interdependencia reina el orden cósmico.

A través de cinco mil años de la historia del Oriente, los sabios y filósofos han fijado sus atenciones en este espíritu, esta vía, y la han transmitido.

El Shin Jin Mei es un libro muy antiguo, originalmente chino, en una parte dice, shi dobu nan -- la vía, la vía más alta, no es difícil, pero no debes tomar decisiones. No debes tener ni afecto ni desagrado. El San Do Kai (o interpretación de la esencia y fenómenos) dice similarmente, "Si valoras una sola ilusión, llega la separación, como entre la montaña y el río."

Una de las cosas que significa Zen es el esfuerzo de practicar meditación, zazen. Es un esfuerzo en alcanzar el plano de pensamiento sin discriminación, conciencia más allá de toda categoría, abrazando y trascendiendo toda expresión posible del lenguaje. Esta dimensión puede ser lograda a través de la práctica de zazen y de Bushido.



10.1.07

Sobre el BUDO

¿Que es hoy en día el BuDo, el camino de las Artes Marciales?
¿Qué función cumplen en la sociedad y, mas importante aún, dentro de nosotros mismos los principios de estas antiguas Artes?
¿Qué ganamos, qué recibimos y que DAMOS de nosotros en el Dojo?

Todas estas preguntas que tarde o temprano nos hacemos los practicantes de Artes Marciales son parte de nuestro cuestionamiento y son parte de lo que se puede llamar filosofía de las Artes Marciales.

Lo que nos lleva a un Dojo a aprender un Arte Marcial, las motivaciones iniciales, pueden no ser las que nos acompañen toda la vida. Nosotros cambiamos; nuestra percepción de las cosas, la vida y de nosotros mismos cambia y puede cambiar también nuestra motivación, nuestros objetivos y, por ende, la dedicación y pasión que le dedicamos a esta y cualquier otra actividad en nuestra vida.

Pero para las Artes Marciales (y otras disciplinas de la vida) se requiere siempre una buena dosis de vocación, de pasión y algo que en el occidente no es tan apreciado pero en el oriente sí: la "mente de principiante", el estar abierto siempre a aprender cosas nuevas, entender mejor algo que creíamos que ya sabíamos, nunca creer que ya no hay nada por aprender.

Las Artes Marciales representan un largo camino; un camino que implica, desde el punto de vista técnico, llegar a comprender y manejar una cantidad no pequeña de técnicas más o menos elaboradas de "defensa personal". Para esto, se requiere y SE GANA el constante crecimiento personal y el autoconocimiento físico u orgánico (de mi cuerpo, sus posibilidades y límites, la coordinación motora, reflejos, capacidad, elasticidad y resistencia física, etc.), así como en lo intelectual y espiritual (lo que se refiere al desarrollo de lo más íntimo en la persona, su fuerza de voluntad, su moral y otros aspectos más personales y esotéricos, si se quiere). Estas Artes son mucho más que un deporte.

Todo esto, además de ser una gran aventura personal, como lo es una aventura la propia vida, requiere una buena dosis de trabajo. De nuevo aquí, las Artes Marciales se parecen a todo lo demás que hacemos (y nos importa) en esta vida.

El viejo código moral de los samurai (los guerreros medievales japoneses), el Bushido, hablaba de honradez y justicia (Gi), valor heroico (Yu), compasión (Jin), cortesía (Rei), honor (Meyo), sinceridad absoluta (Makoto), deber y lealtad (Chugo). Todos valores para ser ejercidos tanto frente a sus superiores (maestros, señores, autoridades, padres y ancianos) como con el resto de las personas y colegas. Estos valores no son sólo aplicables en el Dojo y el campo de batalla, sino también en el hogar y en el día a día. Eran inspirados en varias corrientes filosóficas y religiosas tradicionales orientales, fundamentalmente el Confucionismo y el Zen-Budismo, pero su valor y alcance son universales.

Para los bushi (guerreros) okinawenses, regían principios similares y se pueden ver nítidamente estas cualidades en los conocidos maestros fundadores del Karate do. En ellos se conjugaban la dedicación al Arte, la preocupación por la excelencia técnica en todas las artes del combate, la estrategia, la medicina tradicional (herboristería, masajes, rehabilitación, etc.) y otras artes y ciencias como la caligrafía, la poesía, la danza, la filosofía, la política y el estudio de los libros clásicos chinos (que versaban sobre todas estas artes y ciencias enumeradas). Muchos de los grandes Maestros decían explícitamente que un practicante de Artes Marciales debía cultivarse tanto física como intelectual y espiritualmente. También se exigía a los discípulos dedicación, ganas de aprender, mostrarse merecedor de recibir ese conocimiento.

CONTINUARÁ....